jueves, 1 de marzo de 2012

Visitando la señorita Tahrir...¿Peligrosa?

El otro día conocí a una señora en el centro de El Cairo, una de esas señoras con más de 80 años a sus espaldas y repleta con huellas del pasado. En su regazo, el pueblo egipcio clamó desobediencia ante los imperialistas británicos en 1919, posteriormente sus faldas se llenaron con  la sangre de sus hijos que luchaban contra la corrupción; contra su pobreza y su ineficaz constitución. Esta señora recibió el nombre de “La liberación” por parte los hijos de “La Madre del Mundo”;  y llegó a nuestros oídos bajo el nombre de “Tahrir”. Una vez más, ella fue testigo desde 2011 de altercados y represiones violentas;  una vez más alrededor de ella se luchó por los más básicos derechos. Su nombre, “Liberación”, pareciese una paradoja del destino, como si su nombre le otorgase su función innata.
Remitiéndome a los hechos más cercanos en el tiempo, fue escenario de las multitudinarias manifestaciones que comenzaron en Enero del 2011 y  conllevaron al derrocamiento del Sr. Mubarak. Pues bien, tras todo un año, aún dicha plaza sigue siendo testigo de concretas y revolucionarias manifestaciones, negar lo
contrario sería una actitud obviamente cínica.
Sin embargo, siempre una noticia negativa, un hecho negativo en sí, tiene más efecto en nosotros que un cúmulo de noticias positivas. Siguiendo con este planteamiento en el caso de Tahrir, quiero decir que la gente no va matándose por la calle, que Egipto no está pasando por ninguna guerra (aunque sí un por una transición política difícil)Por tanto, y a partir de ahora, cuando piensen en Egipto, borren de su mente un país dominado por hombres vestidos de verde disparando indiscriminadamente a todo ser viviente, o  donde la gente se reúne de manera multitudinaria para repartir golpes a diestro y siniestro; un lugar donde reina el caos por doquier, o donde no se puede salir a la calle ni para dar un breve paseo.
En vez de eso, les invito a reflexionar: ¿Cuántos de sus compañeros han viajado a Egipto en el último año y han resultado heridos? ¿Cuántas ciudades de España o Latinoamérica no son mucho más peligrosas que cualquier callejón de El Cairo? ¡Cuán  protección y buen trato recibe el extranjero aquí, en un país en transición; que no recibirá jamás en un país considerado estable! Por supuesto, cualquier persona que haya podido disfrutar de Egipto por algún periodo de tiempo, recientemente, sabrá a qué me refiero.
En síntesis, las manifestaciones ocurren y hay que evitarlas; pero es importante remarcar que no ocurren todos los días (más bien algunos viernes o sábados), que no siempre son violentas, y que no se encuentran por todo El Cairo. De lo que se deduce, que evitando pasear en días puntuales por esta preciosa plaza, y teniendo la precaución mínima necesaria (que se tendría igualmente en cualquier otro país) al pisar a la calle, no se sufrirá ningún percance. Más bien, os animo a disfrutar de Egipto justo en este momento, pues sigue siendo el mismo atractivo e inmortal país de siempre pero con el valor añadido de su situación ¿Cuántos de vosotros puede decir que ha estado en un país en transición política y justo en un momento tan importante como éste lo es para la historia de Egipto?
Finalmente, y en consonancia con mis palabras, dos hechos  justifican mi post: la primera, el testimonio directo, y fuera de intenciones sensacionalistas, de una persona que vive y trabaja en El Cairo como cualquier persona ordinaria. El segundo, el video que os presento a continuación en el que me encuentro en esa cálida plaza, a la cual tuve que ir por cuestiones de mi visa:

Un españolito en la plaza Tahrir

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