martes, 6 de marzo de 2012

EN TIERRA DE HIELO, FUEGO Y SAGAS (con vikingos incluidos)


“¿Allí hace mucho frío, no?”, “¡Qué bien! Allí podrás ver iglúes”, “Ten cuidado con los osos polares” o también “¿Eso donde está? ¿En el Polo Norte?”. Éstas son de las algunas de las expresiones usadas por aquellos contertulios que en vez de vivir en este planeta, más bien pareciese que se encuentran perdidos en él. Al comentarles: “Me voy de Paris en **** días. Necesito conocer este país y vivir en él, ya que siempre me ha llamado la atención”. Este país no es otro que aquel al que dirigí mis pensamientos, y poco después; mis pasos, entre su frío y caliente suelo en un día de Julio tras llegar al aeropuerto de Keflavik. Éste se encontraba a unos cuarenta kilómetros aproximadamente de la capital de Islandia, Reykjavik. En fin, acababa de dejar un Paris cálido, soleado, y repleto de gente para encontrarme de repente en medio de un desierto demográfico. En otras palabras, cuando salí del aeropuerto me quede estupefacto ante una vista que se prolongaba por todo el horizonte sin encontrar nada en medio;  esta situación me dejó un poco desorientado tanto por la sensación de “ausencia de todo” como por la neblina que envolvía Keflavik ese día. Consecuentemente, por unos 10 euros, me pille un taxi, que deslizándose por una carretera casi desérticas, me llevo a un hostel situado en el corazón de Keflavik. Keflavik, una “ciudad” de 14.000 habitantes, ya que si pensamos que Reykjavik y su núcleo urbano recoge poco más de 150.000 habitantes, y que la población del país es de algo más de 300.000 habitantes, podemos afirmar que, en Islandia, es un gran núcleo urbano. La segunda gran ciudad sería Akureyri, con unos 17.000 habitantes. Llegué al hostel a las 10 de la noche aproximadamente, y salí al exterior donde percibí  una calle larga y ancha con algunos comercios a los” lados” y con “la nada” al sobrepasar “esos lados”, tampoco se encontraba mucha gente en la calle…claro que, estaba lloviendo un poco y una ligera niebla nos envolvía. De pronto, me encontraba en el porche de este hostel, acabando dicho cigarro. Eran las 12 de la noche, pero sin noche pues.
Al día siguiente, junto con un chico americano que conocí en el hostel, nos dipusimos a pasear por Keflavik antes de tomar un bus a la capital ¡Qué decir de ello! Un puesto de perritos calientes en medio de esta “serpiente” por la que se deslizaban de vez en cuando algún vehículo, y en la que me sorprendió encontrar un autobús “urbano” que gratuitamente nos dio un paseo por este bello lugar. En el autobús, mi amigo, dos o tres personas más, y yo; el paisaje reunía casitas bajas de madera, extensiones aceptables de césped y campo abierto, algunos parques, un frio mar que no invitaba a bañarse en él, pero que le gustaba ser visitado. Lo más impactante: aprecié solamente dos o tres personas andando por la calle, la ausencia de ruidos (que es un ruido en sí), el aire tan fresco y puro, y la tranquilidad. Tras este breve paseo, tomé con mi compañero, el bus que nos llevaría a Reykjavik.
Al situarse dicho trayecto en el sur-este del país, el autobús parecía recorrer un paisaje lunar, debido a que alrededor de la carretera residía nada más que un paisaje de roca grisácea caliza recubierta de un escaso musgo; un paisaje casi despoblado de árboles, acompañado de un cielo grisáceo y más de lo mismo: pocos coches, ausencia de grandes poblaciones, etc.


Reykjavik
El caso es que me pregunté durante todo el trayecto: “¿Cuándo entramos en Reykjavik?”- pero ¡ya estábamos en Reykjavik!- Creí que estábamos atravesando un pueblo hasta que me dijo el conductor con una sonrisa relajada: “Go down here, you will find your hostel next to that street”.  Salí del bus, y me dirigí hacia una calle en frente del mar; y en ella: mi hostel, KEX Hostel. Este resquicio del mundo amaderado y provisto de  dos plantas contaba con un estupendo servicio cafetería-restaurante, y “pilla-pedos” en la noche a base cerveza Viking. Los recepcionistas muy simpáticos y serviciales, en fin, recomiendo este hostel a todo el que visite Reykjavik. Desde allí, ya estaba en el centro, así que en cuestión de unos cientos de pasos, estaba andando por la calle Laugavegur. Esta calle es la artería principal de Reykjavik. Se encuentra en el puro centro, y en ella se dan cita los restaurantes más conocidos, sus principales cafeterías (Truno, Hemma Og Valdi, Café Paris, Laundromat,etc.), los negocios atrapa-turistas, dos “1011” (los Seven Eleven islandeses). Esta calle se prolonga hacia otra, Austurstræti, y al final de esta gran avenida, la plaza Ingólfstorg. A través de este conjunto, recorremos la oficina del primer ministro situada en una gran intersección donde se puede avistar la bonita y moderna sala de conciertos: Harpa. También, en esta intersección, estaremos  a unos pasos del lago Tjorn (justo en el centro de la ciudad) en el que se concentran aves autóctonas, migajas de pan y personas. En mi opinión, la vista de este lago en la noche- con su puente iluminado, y una orilla repleta de casas danesas en fila- es preciosa. Es algo singular el hecho  de encontrarse en este lago que nos engaña al hacernos creer que estamos muy lejos de la “ gran” ciudad; aislados de todo y todos, cuando, de hecho, este lago está justo en el mismo centro de la ciudad.
Lago Tjör en Septiembre

Esta calle, cuenta con todos una vida nocturna bastante agitada en términos comparativos, es más, diré que este es el único lugar de Islandia donde puedes encontrar “realmente” fiesta en el sentido literal de la palabra. Los viernes y sábados noche, especialmente en verano, los islandeses, y los no-tan-islandeses, se pierden en esta calle llena de aquellas cafeterias  que en las noches se convierten  en animal parties clubs: Litros de alcohol, confianza entre la gente, ambiente desinhibido, seguridad, cordialidad entre colegas, etc.  Clubs como Dillon, Hresso, Bakus, y algunos más han sido testigos de algunas de mis noches, desenfado, y tertulia con “amigos de usar y tirar” - ¡aisss!...no puedo evitar algo de melancolía cuando pienso en estas palabras-

Otro hecho curioso, es que saliendo de esta calle principal, a través de sus calles colindantes nos encontraremos en un entorno más relajado, si cabe aún, en estal capital, la capital más septentrional del mundo. Pues a unas cuantas calles nos sorprende un hermoso paseo a lo largo de la costa de este mar tranquilo y frío acostumbrado al sonido del silencio y de sus olas. O también nos podríamos encontrar en la Universidad de Reykjavik, o tal vez, podríamos visitar, en lo alto de una colina, esa iglesia-símbolo de Reykjavik acompañada perpetuamente de la figura de Leif Eriksson.
Vista del Monte Esja- Justo en pleno centro de Reykjavik

Con  esta “breve” descripción, os diré que tras dos días en Reykjavik saliendo de fiesta, tomando café, conociendo a distintas viajeros y llegando de madrugada a mi habitación escoltado continuamente con un sol radiante- tomar una cervezas a ritmo de música electrónica en una terracita, a las 3 de la mañana mientras el Sol ciega tu vista es una experiencia digna de experimentar- conseguí trabajo en una granja situada a unos kilómetros de Selfoss, así que me trasladé a este pueblecito amante de las sesiones de rayos uva y un kit de pesas, donde me recibió mi nuevo compañero de trabajo de origen chileno. Junto con él teníamos que encargarnos del servicio restaurante, así que efectivamente, me tocó trabajar de cocinero. Ese gran trabajo, tan inspirador, o mejor dicho con “pirados in”.
En resumen, llegué a Selfoss, y desde allí a esta granja-hotel rodeada de una belleza natural esplendida: caballos por doquier, un zorro, un becerro, perros y perras, un hermoso pantano, un verde pasto, y un sol de medianoche espectacular. Consecuentemente,  laborando  en la cocina de dicho lugar bastantes horas al día, con cigarros ocasionales, y conversaciones “express” con el resto de mis compañeros de fatiga- perdón, quería decir mis compañeros fatigantes y fastidiados de trabajo.

2 comentarios:

  1. Ramon la cafeteria se llama Hemmi og valdi pero muy interesante q escribiste muy chevere

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  2. Es verdad, voy a cambiar el nombre....:)

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